No puedo pronunciar tu nombre sin que venga a mi mente tú recuerdo, mucho menos recordarte. Pensar en ti me atormenta. Aún después de que ha pasado tanto tiempo. Tú ya no eres el mismo que solías ser o el que yo creí conocer. Hoy eres alguien más, un vestigio del pasado. O quizá simplemente siempre fuiste tú, solo que ya no puedo caer más en tus juegos, creer alguna de tus palabras. Quisiera poder hacerlo como antes cuando aún te amaba, cuando todo estaba bien. Pero sería traicionarme a mí misma, pisotear la poca dignidad que aún me queda y no me has arrebatado.
¿Me pregunto si al final lograste tu cometido? ¿Fui solo una conquista de una noche? ¿Una distracción temporal para olvidarte de alguien más? ¿O simplemente yo no te importaba y solo querías jugar conmigo?
Realmente son miles de incógnitas las que atormentan mi mente, buscando una razón o lógica para sanar mi maltrecho corazón que tu ausencia me provoca.
Pero tú eres una adición de esas incurables, de esas que vienen con lindos ojos y una sonrisa encantadora. No podemos seguir hablando más, tú indiferencia me lástima. Se que hay otras con las que pasas el rato, no soy la única en tu vida. Y por eso se acabó.
No puedo estar con alguien que quería una segunda oportunidad, cuando no hace ningún esfuerzo por demostrar lo contrario y no sabe lo que quiere.
No puedes venir entrar en mi vida hacer un caos emocional y luego tratarme como si nada pasó. "Amigos" eso es lo que dijiste.
Y entonces algo dentro de mí se quebró, llegó la despedida sin avisar.
No fue como la primera vez. Doloroso y lento. Una agonía eterna. Esta vez algo era diferente. Algo había cambiado.
La muerte del "nosotros"
¿Me pregunto si al final lograste tu cometido? ¿Fui solo una conquista de una noche? ¿Una distracción temporal para olvidarte de alguien más? ¿O simplemente yo no te importaba y solo querías jugar conmigo?
Realmente son miles de incógnitas las que atormentan mi mente, buscando una razón o lógica para sanar mi maltrecho corazón que tu ausencia me provoca.
Pero tú eres una adición de esas incurables, de esas que vienen con lindos ojos y una sonrisa encantadora. No podemos seguir hablando más, tú indiferencia me lástima. Se que hay otras con las que pasas el rato, no soy la única en tu vida. Y por eso se acabó.
No puedo estar con alguien que quería una segunda oportunidad, cuando no hace ningún esfuerzo por demostrar lo contrario y no sabe lo que quiere.
No puedes venir entrar en mi vida hacer un caos emocional y luego tratarme como si nada pasó. "Amigos" eso es lo que dijiste.
Y entonces algo dentro de mí se quebró, llegó la despedida sin avisar.
No fue como la primera vez. Doloroso y lento. Una agonía eterna. Esta vez algo era diferente. Algo había cambiado.
La muerte del "nosotros"
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